Inteligencia emocional en los negocios y el liderazgo

10 octubre 2022

En las últimas décadas, la definición de liderazgo ha ido cambiando y ha surgido
un énfasis en la inteligencia emocional. La inteligencia emocional, o EQ, ha sido
reconocida por su correlación con el éxito en el trabajo y la vida personal, con la
motivación y el bienestar general. En los negocios, las personas con alta EQ se han
vuelto más deseables para los empleadores debido a las diversas ventajas con las
que cuentan.
  Algunas de las personas más exitosas e influyentes de la historia han tenido una
alta inteligencia emocional, como Martin Luther King, Jr., Abraham Lincoln,
Winston Churchill y Warren Buffett.
 

¿Qué es la inteligencia emocional?

La inteligencia emocional es la capacidad de una persona para reconocer,
comprender y gestionar sus sentimientos y emociones, así como las de los
demás. Según el psicólogo Daniel Goleman, la inteligencia emocional tiene los
siguientes cinco componentes:
  1. Autoconciencia: Reconocer y comprender sus propias fortalezas y
    debilidades, sus emociones y estados de ánimo, y los efectos que lo anterior tiene
    en otras personas. Una persona consciente de sí misma no se ofende fácilmente
    con las críticas, sino que aprende y se adapta.
  2. Autorregulación: Pensar antes de hacer y expresar sus sentimientos con
    madurez y moderación. En lugar de estar controlada por sus emociones e
    impulsos, una persona emocionalmente inteligente puede controlar los impulsos y
    las respuestas emocionales.
  3. Motivación interna: Las personas con alto nivel de inteligencia emocional
    se motivan a mismas y persiguen metas personales por razones de
    autodesarrollo y autogratificación, en lugar de hacerlo sólo por dinero, títulos,
    elogios externos o deseos de ser estimados. Esto, en ocasiones, se traduce en dar
    preferencia a involucrarse en trabajos por causas humanitarias que en verdad
    apasionan, en lugar de meramente buscar el trabajo mejor pagado.
  4. Empatía La empatía implica reconocer, comprender y sentir las emociones de los demás. A
    diferencia de la simpatía, la empatía implica compartir la experiencia emocional
    que está teniendo otra persona. Cuando un amigo pierde a un miembro de la
    familia, tener simpatía significa dar flores y un abrazo; la empatía significa llorar
    junto a ese amigo y no por elección, sino por sentir realmente sus emociones. Las
    personas empáticas comprenden y responden genuinamente a las necesidades de
    los demás.

    Robert F. Kennedy fue un ejemplo de un líder muy empático, quien, al ser expuesto
    al sufrimiento de los afroamericanos, se conmovió tanto que cambió sus
    prioridades políticas para abordar sus necesidades.
  5. Habilidades sociales Las personas emocionalmente inteligentes generan fácilmente confianza y
    respeto. Son buenos en la gestión de relaciones y la construcción de redes, y evitan
    las luchas de poder y el engaño. Sus altos niveles en los primeros cuatro
    componentes de la Inteligencia Emocional crean vínculos profundos y amistades
    genuinas y no competitivas.
¿Por qué es importante la inteligencia emocional en los negocios? En un estudio que involucró a más de 2.600 gerentes encargados de
contrataciones, el 71% dijo que valora un EQ alto sobre un coeficiente intelectual
alto.

Cuando se les preguntó por qué, citaron las siguientes razones:
Los empleados con alta EQ son mejores para mantener la calma bajo
presión.

Escuchan tanto o con mayor frecuencia de lo que hablan.

Lideran con el ejemplo.

Toman decisiones comerciales más reflexivas.

Toman bien las críticas, admiten sus errores y aprenden de ellos.

Mantienen sus emociones bajo control y pueden discutir temas difíciles y
delicados de manera reflexiva y madura.

Son capaces de resolver conflictos de forma eficaz.

Son empáticos con sus compañeros de trabajo y reaccionan en
consecuencia.
Cómo aumentar su inteligencia emocional Afortunadamente para la humanidad, existen formas de incrementar la
inteligencia emocional mediante la práctica. ¡Éstas son algunos de ellas!

• Haga una pausa antes de hablar, actuar o responder. Esto permite que
los impulsos iniciales se desvanezcan y que se produzcan reflexiones y
razonamientos no distorsionados.

Escuche a los demás. Escuchar nos permite comprender mejor las
necesidades y emociones de los demás. Escuchar quita el enfoque exclusivo en las
propias necesidades y lo traslada a las de todos, lo que permite mejores soluciones
que benefician a más personas.

• Intente controlar sus pensamientos. No podemos controlar lo que nos
sucede o las emociones que sentimos en un momento, pero podemos controlar
cómo respondemos a ellas si practicamos dirigir nuestros pensamientos. En lugar
de culparse uno mismo o culpar a otra persona cuando ocurre algo negativo,
considere explicaciones alternativas. Quizás las circunstancias que llevaron a tal
evento fueron el resultado de muchos factores combinados, cuyo producto estaba
más allá del control de cualquier persona.

• Elogie a los demás. Elogiar a los demás de forma habitual entrena su cerebro
para centrarse en lo bueno de los demás, lo que fomenta la empatía y permite una
comprensión más profunda de las necesidades y motivaciones de las personas. El
elogio también prepara el escenario para discusiones reflexivas sobre temas
difíciles, ya que disminuye la actitud defensiva y fomenta la apertura a
pensamientos opuestos.

• Reflexione sobre las críticas y busque formas de crecer a partir de
ellas. La crítica a veces puede ser hiriente, pero siempre puede ser útil, ya que nos
expone a perspectivas externas francas. Ante las críticas, pregúntese: ¿Cómo
puedo mejorar y crecer a partir de esto?

• Preste atención al lenguaje corporal. Gran parte de la comunicación es no
verbal. Si sólo escucha con sus oídos, podría no percatarse de cómo se siente
realmente una persona, e incluso los esfuerzos para ayudarla podrían estar mal
encaminados.

• Pedir disculpas. Las intenciones se malinterpretan y los sentimientos se hieren
con regularidad. Disculparse demuestra compasión y nos anima a entendernos
mejor mientras generamos confianza y respeto.
Trate de ver desde el punto de vista de otra persona. Cuando esté en
desacuerdo, considere las necesidades, motivaciones y emociones que pueden
estar dando forma a las prioridades y opiniones de otra persona. Pregunte las
razones detrás de sus pensamientos y trate de entenderlos genuinamente. Quizás
entonces se encuentren puntos en común.

Comunique sus sentimientos. Cuando se sienta ofendido o molesto,
comuníquese con quién le está ofendiendo de una manera tranquila y no
amenazante para que todos puedan llegar a un entendimiento mutuo y evitar así
problemas futuros.

En los negocios y el liderazgo, está claro por qué la inteligencia emocional es tan
importante. En el mundo cada vez más diverso en el que vivimos, la inteligencia
emocional es una herramienta necesaria para brindar soluciones sociales y
económicas a personas con circunstancias y necesidades muy diferentes.
  Referencias: Miembro del Consejo de Negocios de Forbes New York. Resumen y traducción del artículo hecha por BValue
Consulting, S.C., a partir del artículo publicado por Forbes en noviembre de 2018.

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